Mira que me gusta esa luz del atardecer
cuando regreso a casa y la vida está suspendida sobre las montañas.
Mira que le gusta a mis pies caminar descalzos dibujando huellas.
Y quedarme allá arriba en los cerros,
aprisionada por el aire que me lleva.
Soy, lo sabes, las gotas que mojan las hojas del otoño.
Y el color del musgo sobre los robles.
He ganado la libertad de ser mar sobre los árboles
y sentir en la piel todos los arco iris.
Quedarme antes diluida en la tierra,
siendo hoja o saltando las peñas convertida en riachuelo, era fácil.
Pero ahora, mi amor, lo entrego todo y regreso.
Regreso como gota pequeña de lluvia a mojar tus manos y diluirme en ellas.
Tu llamada muda es más poderosa que toda la libertad ganada.
Toqué tus labios y ahora, regresar a ti, es más que todos mis mares.
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4 comentarios:
Qué bonito, Celeste, ser mar para crecer a gota, "regresar a ti", delicia ser tan grande y pequeño a la vez en la esencia. Pensamiento místico.
Sigue, Celeste, no te pares. Sabía yo que esto sería un gusto.
Besazo
Qué poco original que voy a ser....qué bonito, Celeste....y no pares, no pares(parece que copio, pero es que así lo pienso también..jajajaja). Espero que estés disfrutando de tu condición asonante!!!
Biquiños!!!
Toqué tus labios y ahora, regresar a ti, es más que todos mis mares.
Muy bonito, sí señora.
Graciassssss! Me sentais muy bien!
Un abrazote grande!
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